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Época romana

 

Las primeras referencias de fechas constatadas corresponden a la época romana y más concretamente al mundo romano en su Bajo Imperio. Cronológicamente corresponde a los siglos III, IV y V después de Cristo.
Dos importantes hallazgos arqueológicos que se conservan en el Museo Numantino de Soria permiten incluir el nombre de Aldea de San Esteban en el mapa romano de esta provincia: 

           >> Puñal de bronce de Aldea de San Esteban

           >> Necrópolis del Duero: tumbas de Aldea de San Esteban

  La crisis generalizada en el seno de la sociedad romana en esta época se manifiesta en los aspectos de la vida política, económica y social.
 Durante este periodo, la Hispania romana se ve afectada por las diversas invasiones de los pueblos bárbaros, ocasionando situaciones de inseguridad, agravadas internamente por revueltas de carácter social.
 Esta situación explicaría, según Santos Almansa, investigador de ese período, que, aparte de las líneas defensivas del exterior, se crease en el interior, a lo largo del Río Duero, otro núcleo protegido por tropas de frontera.



 A esta población pertenecen las denominadas Necrópolis del Duero, que se ubican principalmente en los pasos naturales de los ríos o junto a las vías. La de Aldea de San Esteban se justificaría, precisamente, al estar situada cerca del cruce de la calzada que comunicaba con Tiermes.

Durante el Bajo Imperio, la sociedad romana sufre un proceso de ruralización en detrimento de las ciudades, consolidándose los dominios y propiedades de los grandes propietarios frente a las personas libres pero económicamente humildes.

La esclavitud va desapareciendo como fuerza de trabajo esencial y es reemplazada por gentes libres, que pasan a ser asalariados, realizando trabajos temporales, o colonos, que quedan adscritos a la tierra explotando parcelas, pero a cambio de ciertas prestaciones al dueño, como entregar parte de su producción o trabajar en las tierras de éste varias jornadas al año. En contrapartida, el propietario les debe protección económica y jurídica.

En la Edad Media esta situación generalizada originará el feudalismo.

  Todo esto hace que el centro de la vida se traslade al campo, ya que las ciudades pasan a amurallarse dejando de ser centros seguros.

 Las villae adquieren una importancia extraordinaria y poseen un sistema económico autárquico que les permite autoabastecerse. 

Los grandes señores llegan a controlar un territorio importante y a contingentes humanos considerables. Se proveen en la zona del Duero de sus propias tropas de protección y, también, dan cobijo a quien se lo solicitan.
Esta organización origina enterramientos en la frontera.


*El puñal de bronce de Aldea de San Esteban corresponde al tipo Simancas y se generaliza su uso durante el Bajo Imperio.

Tiene la peculiaridad de conservar su vaina y en ella una inscripción ESOFICIN/AIANV/ARI, que significa fabricado por lanvari. Se ha perdido la cara posterior que seria de cuero, tela o madera.

 



*Las Necrópolis del Duero: Tumbas de Aldea de San Esteban. . 

Podemos situarlas en torno al año 350 de nuestra Era de acuerdo con el historiador Pérez-Rioja, prolongándose a lo largo del siglo siguiente.
Se caracterizan estos enterramientos por su localización exclusiva en el valle del Duero y por los peculiares conjuntos de materiales que se registran en sus tumbas, relacionándose, en algunos casos, un importante número de objetos.

 Se trata de piezas de uso personal masculino (broches de cinturón y pequeños puñales), en ocasiones piezas del atalaje del caballo, elementos de culto pagano (acetres, páteras y alguna vez osculatorios), herramientas para trabajar la madera y los metales e instrumentos agrícolas, forestales, y a veces, ganaderos. La relación se completa con piezas de cerámica y vidrio.

Con todos estos objetos se puede pensar en la existencia de personajes con autoridad militar, unido a otros, posiblemente, de carácter religioso y civil.

    Un análisis somero de los ajuares hace pensar primero en la autoridad militar de los personajes enterrados unido a una autoridad religiosa y a otra más civil a la que se vincula la actividad artesanal, agrícola, forestal y ganadera.

De aquí que, debido además a la aparición preferente de estas necrópolis en el valle del Duero se les haya relacionado con las tropas de “limitanei” vinculadas a un “limes” o línea de frontera de defensa interior y a los latifundios. 

Sin embargo recientemente se pone en duda esta acepción, puesto que se niega la existencia de este tipo de tropas en España.

 Podría tratarse de tropas o solo de militares al servicio de los latifundistas, o lo que quizá sea más cierto, de éstos mismos latifundistas, el “dominus”, que presenta estos materiales en su tumba, bien como insignias de su poder local, bien como imagen de las actividades que se llevan a efecto bajo su dirección en la villa.

 Hemos de tener en cuenta que estas necrópolis se relacionan estrechamente con “villae”, pero no siempre, a veces a poblamientos en castros lo que abogaría más por puestos militares que por “villae” donde los “domini” usarían estas piezas como mero símbolo social.

 Según Fuentes Domínguez, el hallazgo de Aldea de San Esteban más que una necrópolis en sí, se trata de los materiales recogidos en un descubrimiento irregular del que, claro, no nos han llegado detalles sobre el enterramiento en cuestión, tipo o ritual, extensión del cementerio o grado de representatividad del hallazgo.

El ajuar de Aldea de San Esteban estaba formado, según Palol Salellas, por un vaso de cerámica común, un acetre de bronce, un cuchillo de Simancas con inscripción y un útil profesional depositado como ofrenda.

       Hay que hacer constar que la zona más próxima al lugar ha registrado asentamientos celtibéricos abundantes, como es el poblado documentado de Peñalba de San Esteban, y que Aldea constituye sitio cercano a cada uno de los vértices de las tres ciudades celtibéricas Tiermes, Uxama Argaela y Segontia Lanka, que constituyen junto a Numancia y Ocilis las ciudades sorianas más importantes de la época.

      Muy cerca pasaban las vías romanas que unían Caesaragusta -Asturica y la que, partiendo de Uxama, llegaba a Segontia, a través de Tiermes. Clunia, convento romano, distaba unos sesenta kilómetros de la zona. 
  
Tanto el Puñal de bronce como las tumbas se hallaron en la meseta que conforman unos antiguos corrales de ovejas, conocidos en el lugar como Cerrillos Corrales.

 ANEXO Nº 1.- Mapa época romana. Pag.154 de la Historia de Soria de Pérez-Rioja; fotos Guía del Museo Numantino pags. 85 y 88 (puñal y enterramiento)